Contar con una conexión a internet de calidad es cada día más importante. Una herramienta imprescindible para un sinfín de gestiones y trámites, sin la que las posibilidades de desarrollo socioeconómico del medio rural pueden verse hipotecadas. En un momento en el que, debido a la crisis de la Covid-19, el teletrabajo está potenciándose más que nunca, las carencias de los pequeños núcleos de población en lo que a conectividad y digitalización se refiere cobran aún más vigencia. De todo ello hablamos con expertos en comunicación, sistemas digitales y medio rural, que valoran y destacan el papel de las políticas comunitarias a la hora de impulsar un desarrollo territorial ligado a un acceso universal a la banda ancha.
«Las tecnologías de la información y la comunicación son piezas clave para atraer y fijar población en el medio rural, ayudar a crear riqueza y empleo de calidad. Para poder competir globalmente en la distribución de alimentos el sector agroalimentario depende en gran medida de las operaciones digitales. Pero el reto digital va más allá y tiene mucho que ver con las posibilidades de diversificación económica del rural», tal y como apunta la periodista Soledad Rey.
Para esta experta en gestión de contenidos para redes sociales, también es importante tener en cuenta las posibilidades de internet como fuente de ocio. «Aunque parezca una trivialidad, no nos podemos olvidar del tiempo de ocio. En las ciudades la oferta es mayor y el acceso más fácil; tanto de manera presencial como a través de plataformas digitales de distribución de contenidos culturales y de entretanimiento. En el rural, sin embargo, la desigualdad es doble: la oferta de proximidad es infinitamente menor, y la falta de cobertura digital o la mala conexión de muchas zonas impiden el uso de estas herramientas de ocio digital. Por no hablar del aislamiento social que afecta a la población de los pequeños núcleos rurales, más grave y evidente hoy, debido a la crisis del coronavirus». Un problema ante el que un acceso a internet de calidad supone también una herramienta de enorme utilidad.
Tal y como indica Xosé Darriba, licenciado en Geografía e Historia, el fenómeno de «la España vaciada está afectando a la ordenación del territorio y por tanto a los medios y herramientas disponibles en las zonas rurales. Internet es necesaria como herramienta de socialización, pero también es fundamental para realizar cualquier trámite o gestión, pública o privada, y más en estos tiempos de confinamiento.”
El comunicador y experto en ordenación del territorio apunta a la dependencia creciente de las herramientas digitales. Un hecho que convierte a internet en una pieza indispensable para el desarrollo y el impulso de los sectores agroganadero, alimentario o forestal.
«Sabemos que la Unión Europea está llevando a cabo políticas para revitalizar los servicios rurales. Y estas deben pasar inexorablemente por ayudas para que internet llegue a todas esas zonas, o la gente se seguirá yendo», comenta Darriba. Que recuerda que el desarrollo territorial equilibrado que promueve la Política Agrícola Común necesariamente debe pasar por la expansión de la banda ancha rápida ao conjunto del rural.
Jose Muíños, informático experto en sistemas digitales en zonas rurales. explica que «según datos del Instituto Nacional de Estadística, el porcentaje de hogares con conexión a internet en España es del 91,4%. Sin embargo, la circunstancia de vivir en un pueblo pequeño de menos de 5.000 habitantes supone una carencia en determinadas infraestructuras y escasez en servicios como internet».
«Las nuevas tecnologías ya no son nuevas, pues son tecnologías actuales, del día a día. Aunque no es así para el rural. En esta época de confinamiento, la mayoría estamos haciendo uso del teletrabajo, y las carencias en los pequeños núcleos se vuelven aún más evidentes. No es lo mismo enviar un archivo desde un núcleo urbano que desde una aldea, el tiempo de envío es infinitamente mayor en esta última”, manifiesta.
Aunque puede que tengan acceso a internet, muchas zonas del rural continúan condicionadas por la baja calidad de esa conexión. Un hecho que tiene repercusiones en el día a día e incrementa las desigualdades entre el entorno urbano y el rural.
«La digitalización y el desarrollo de zonas rurales inteligentes son elementales para el futuro de la economía, la sociedad y el medio ambiente. Son un incentivo para atraer a los jóvenes, fomentar el relevo generacional y luchar contra la despoblación. Pero no olvidemos que todo esto hay que verlo de una forma holística y gestionar el desarrollo rural en su conjunto. Favoreciendo el acceso a internet de calidad, pero también a servicios sanitarios y educativos locales, agroalimentación, etc.”
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